“Mi llegada a terapia hace un año fue un grito desesperado necesitando que alguien creyera en mí. Estoy muy feliz de haber sido acompañado por Paulina. Siento que pudo entregarme lo que necesitaba en nuestras reuniones. Tantas veces donde necesite una voz cálida para sacar a la luz algo guardado dentro; o una voz comprensiva para calmar un llanto de pena. La sentí presente en todo aspecto, lenguaje corporal, atención, la forma de abordar un tema. Sentí que me entendió, que me tomo en serio y que podía sentir el dolor que sentía. El tema de la confianza fue clave también, y pude fluir en ese aspecto. Hubo muchas cosas de las que nunca había hablado y que tuve oportunidad de hacerlo con ella. También supo guiarme cuando me perdí un poco en el camino y llamar a la seriedad, pero siempre con afectuosamente, lo que para un individuo como yo fue sumamente importante, porque valoro mucho las cosas que nacen desde la luz y el amor. Por supuesto también agradezco el respeto cuando cambie un tema y no se insistió, y por acompañarme también desde el humor. Por supuesto que este proceso no hubiese sido igual sin la ayuda de las Plantas Maestras, por eso no puedo sino más que agradecer a Paulina y Saviaterra. Pude conectar o reconectar con un lado ESPIRITUAL que no recuerdo haber tenido antes. Agradezco la seriedad con la que siempre se trató su uso; las guías, palabras de apoyo y la contención brindada en las ceremonias y en las dietas. El AMOR que sentí en las ceremonias fue un regalo maravilloso que sentí que la vida me daba, que de alguna manera me ayudo a soltar esa sensación oscura de INJUSTICIA. Un pedazo de esa oscuridad se llenó de LUZ y me permitió empezar a experimentar el amor por mí mismo. Me ha vuelto más humano, menos COSA. Lo que más destaco es que toda esta experiencia me deja con ganas de continuar en este camino de sanación y descubrimiento. He sentido una causalidad en el proceso terapéutico y en la VIDA. Tengo muchas ganas de ser FELIZ, y creo que voy por buen camino.”
Gonzalo Pérez Salas, 35 años
Empresario
“Sobre mi experiencia en terapia con Paulina, puedo decir que parte importante de la terapia consistió en no intentar cambiar nada, sino tan solo observar atentamente los hábitos mentales. Me parece que, en general, la terapia no supuso la realización de grandes tareas más que algunas puntuales -toma y purga de tabaco, meditación, actividad física, etcétera-, y, en términos generales, me sirvió enormemente para restaurar ciertos aspectos de mi personalidad, para afrontar la novedad y los proyectos particulares, en un momento en que me vi angustiado y agobiado por fuertes dudas. El trabajo con el eneagrama me facilitó el autoanálisis, estableciendo unas suertes de patrones que me facilitaron la identificación -y aceptación- de determinadas perspectivas y comportamientos. El tabaco cumplió una función clave en la observación de mí mismo y en clarificar aquellos aspectos negativos que debí abordar. Pude reconocer las voces interiores y aprender a prestarles más o menos atención, según corresponda, desarrollando la capacidad de dejar pasar ciertos contenidos negativos que son tomados como verdad y preferiendo escuchar aquellos contenidos reafirmantes y sanos. En términos muy personales, esta experiencia con Paulina me ha servido para hacer más consciente mi vulnerabilidad, para volcarme hacia algunas formas de autocuidado y tomarme más en serio determinadas facultades de percepción y autopercepción. He podido “tenderle una trampa al juez interior” y atender, al menos, a la idea de desidentificar la acción, es decir, separar lo que uno hace de lo que uno es.”
Ignacio Ramos Rodillo, 36 años
Académico e Investigador
“Sobre mi proceso con Paulina y las plantas maestras en Saviaterra, puedo decir que ningún método o tratamiento anterior generó en mi tal cambio de actitud. Comencé a tener más claridad y enfoque en mis objetivos personales. A trabajar en los aspectos que son difíciles, que era necesario trascender para vivir de mejor manera mi vida. Para lograr aquello tuve que cultivar mi honestidad y ser más objetivo de que quería en mi vida. Me siento mucho más empoderado y feliz conmigo mismo de observar lo hermoso que es la lucidez, estoy agradecido de Dios de poder haberme alejado de aquella decadencia que era la Drogadicción. Me siento mucho más conectado de mí mismo, de mi amor propio, trabajando de forma constructiva con mi potencial y energía. Soy consciente de mi cuerpo. De las heridas del pasado, que es un proceso y hay que tratarnos con bastante comprensión y amor. Pude comprender mi pasado con una mirada de Humanidad de respeto y de honrarlo. Esto no fue fácil con los otros tratamientos, pero desde el abordaje terapéutico de Saviaterra y la capacitación de Paulina, me resulto mucho más fácil objetivar los temas a tratar y encontrarlos con claridad debido al trabajo vivido con las medicinas ancestrales. Todos los tratamientos que había seguido carecen de esta perspectiva de espiritualidad. Además de la experiencia y discernimiento del trabajo de integración con Paulina fue mucho más fácil afrontar los duelos en mi plano cotidiano. Empecé a tener una actitud de tener cojones con aquello que no nos gusta ver de nosotros mismos, por primera vez en vida. Comencé a sentir la incomodidad, la vergüenza, todo que aquello que es feo y no nos parece. Lo contemple y analice sin la necesidad de huir y escapar de aquello, con la disposición de trascenderlo. Lo más difícil fue lidiar con mi vida familiar, pero comencé a tener grados de madurez que antes no tenía. Gracias a Paulina puedo reírme y comprender que mi historia no es un impedimento o un límite para hacerlo, independiente de mi historia, no puedo regalar mi gozo a los demás, yo soy responsable de mi vida ser feliz, quererme y cuidarme. El peor error que hice, que hoy puedo discernir, fue entregarle mi valía a los demás. Gracias a Paulina, a la vida y a Dios tengo la Autoestima, la confianza y fe de no hacer aquello más. De esa manera puedo simplificar el aprendizaje que he recibido y a todo esto soy eternamente agradecido de Paulina por su ejemplo, y conocimientos de este trabajo tan pionero y singular y su enorme potencial.”
Bryan Lizama Toro, 24 años
Estudiante y Vendedor
Integrar una experiencia con Plantas Maestras no siempre es tarea fácil. A esto se suma la dificultad de encontrar profesionales adecuadamente preparados, que sean conocedores de la psicología occidental y al mismo tiempo de las tradiciones ancestrales y los estados ampliados de consciencia. Pues bien, Paulina reúne todos estos requisitos, y también el más importante su humanidad, cercanía y calidez.
Paulina me acompañó en el proceso de integración, con su escucha atenta me ayudó a clarificar la experiencia, a darle significado y a arraigarla en el día a día, sugiriéndome algunos cambios y prácticas que pueden llevase a cabo con un poco de voluntad en el día a día.
Fernando M., 36 años
Psicólogo